Farmworkers in Moorpark, CA, pick radishes on June 3, 203. Credit: Melissa Montalvo / Fresno Bee/Fresnoland

A medida que una ley de California de 2016 que requiere que los empleadores agrícolas paguen horas extras sigue desplegándose en 2023, los trabajadores agrícolas y los empleadores por igual dicen que la política les está costando dinero.

“El año pasado fue uno de los peores años que hemos tenido financieramente”, dijo Marco Mendoza, un trabajador agrícola con sede en la ciudad de Kerman, en el condado de Fresno, en una entrevista con The Bee/Fresnoland el martes.

Los trabajadores agrícolas dicen que desde que se aprobó la nueva ley, en gran parte no se les pagan las horas extra, y sus horas –y el salario neto– se han reducido como resultado, por lo que es más difícil cubrir los gastos básicos de vida, tales como los alimentos y la renta.

El exgobernador Jerry Brown promulgó la ley en 2016, creando una expansión “histórica” de las normas sobre horas extras para los trabajadores agrícolas.

A partir del 1º de enero, los empleadores agrícolas que empleen a 25 o menos trabajadores deben empezar a pagar horas entras, o 1.5 del salario normal, a sus empleados que trabajen más de 50 horas a la semana, o nueve horas al día. Desde el año pasado, los empleadores agrícolas más grandes con 26 o más emplados han estado obligados a pagar horas extras a los trabajadores que trabajen más de 40 horas semanales, u ocho horas diarias. La plena aplicación de la ley estará en vigor en 2025.

La nueva ley de horas extras ha sido “frustrante” tanto para los empleadores agrícolas como para los trabajadores, ya que el aumento de los costos operativos ha obligado a los agricultores a reducir las horas de trabajo, dijo Ian LeMay, presidente de la California Fresh Fruit Association (CFFA), en una entrevista con The Bee/Fresnoland el miércoles. La asociación es uno de los varios grupos de la industria agrícola que se opusieron a la ley cuando se introdujo en la legislatura de California.

Al igual que muchas historias de trabajadores agrícolas compartidas con The Bee/Fresnoland, Mendoza, de 34 años, trabaja actualmente para un contratista de mano de obra podando árboles de duraznos y nectarinas en Dinuba, a más de una hora de distancia de su casa. Dice que en los dos últimos años, su salario semanal se ha reducido de $1,000 a unos $600 desde que su jornada laboral se redujo de 60 a 40 horas semanales.

“Tengo una familia que alimentar”, dijo Mendoza. “Sinceramente, apenas podemos salir adelante”.

Toiling in a dusty vineyard at Easton, farmworker Pablo Santiago dumps a pan of Thompson seedless grapes for raisin drying in 2016. Farmers and farmworkers say that a 2016 law granting overtime to agricultural laborers after eight hours has led to reduced hours and income for some farmworkers. Credit: John Walker / Fresno Bee

La ley de horas extras ‘sacude’ los cimientos de la industria agrícola

La ley ha llevado a los agricultores a recortar horas, reducir la superficie cultivada para adaptarla al tamaño de sus cuadrillas y contratar a más trabajadores para completar las cosechas, dijo LeMay.

Otros, dijo, han empezado a recurrir a la automatización y mecanización de los campos o han cambiado a cultivos menos intensivos en mano de obra.

“Hemos estado en transición durante las últimas cuatro o cinco temporadas”, dijo, “y la realidad es que está cambiando la forma en que mis miembros están teniendo que realizar su actividad”.

Representantes del sindicato, la Unión de Campesinos, o United Farm Workers (UFW), que respaldó la ley, dijeron que esa es exactamente la meta.

Antonio De Loera-Brust, director de comunicaciones de UFW, dijo que simpatiza con la difícil transición que los agricultores están experimentando, pero agregó que los dolores de crecimiento son parte de un movimiento hacia una economía agrícola más justa, donde los trabajadores agrícolas tengan los mismos derechos que otros trabajadores.

“La cantidad de trabajadores a los que se les están recortando las horas”, dijo, “habla de la realidad de que había una tonelada de horas extra no pagadas”.

Además, dijo De Loera-Brust, los trabajadores agrícolas a menudo viven justo en el umbral de la pobreza, una “realidad” sobre la que se ha construido la agricultura de California durante décadas.

“Cualquier intento de cambiar eso”, dijo, “está sacudiendo los cimientos mismos de la industria”.

No está claro con qué frecuencia los empleadores agrícolas pagan horas extras

No se dispone de datos fiables sobre el número ni la frecuencia con que los empleadores agrícolas pagan las horas extraordinarias.

El Departamento de Relaciones Industriales de California no respondió de inmediato a las preguntas de The Bee/Fresnoland sobre el modo en que el Estado hace cumplir la ley ni sobre los datos de que dispone acerca de su aplicación. The Bee/Fresnoland también se puso en contacto con investigadores agrícolas y laborales, así como con asociaciones industriales, que también dijeron que solo se dispone de evidencia anecdótica.

Sin embargo, LeMay, de la CFFA, dijo que a sus miembros les encantaría poder pagar más horas a los trabajadores agrícolas, pero sus costos laborales ya suponen alrededor del 70% de sus costos operativos. Afirmó que los miembros de la CFFA probablemente paguen a sus trabajadores algunas horas extras a la semana “en momentos de necesidad”, como durante la temporada alta de cosecha.

Sin embargo, los empleadores agrícolas “no van a hacer eso (pagar horas extras) durante tres o cuatro meses seguidos como práctica empresarial estándar”, dijo LeMay, afirmando que no es una práctica empresarial común en ninguna industria ni financieramente viable hacerlo.

Mientras tanto, los contratistas de mano de obra agrícola, que los agricultores a menudo usan para que les suministren una cuadrilla de trabajadores agrícolas, tienen sus propios desafíos con la aplicación de la ley de horas extras de los trabajadores agrícolas.

“Como generalización, yo diría que sí, todavía se espera que los pequeños empleadores FLC (contratistas de trabajo agrícola) completen la misma cantidad de trabajo sin un aumento correspondiente en el pago de sus clientes agricultores”, dijo Nigel Bocanegra, director ejecutivo de la California Farm Labor Contractor Association, en un correo electrónico a The Bee/Fresnoland.

Dijo que los FLC ahora tienen que tener en cuenta este aumento de los costos laborales en la negociación de sus contratos con los clientes agricultores.

De Loera-Brust de UFW, por su parte, dijo que los trabajadores agrícolas en los lugares de trabajo cubiertos por contratos sindicales son más propensos a tener acceso al pago de horas extras.

Trabajadores agrícolas pagan el precio de adaptación a la ley de horas extras

Algunos dicen que los desafíos que enfrenta la industria son parte del proceso de adaptación a la nueva ley, que no se aplicará plenamente hasta 2025.

“Este tipo de ajustes que ocurren a medida que las horas extras entran en vigor se han olvidado en la mayoría de las otras industrias”, dijo De Loera-Brust, de UFW, “pero estoy seguro de que no fue popular (con empleadores) … cuando las horas extras se implementaron en una planta manufacturera”.

Los empleadores agrícolas sí advirtieron que vendrían recortes salariales como resultado de la ley.

En una encuesta realizada en 2016 por la Western Growers Association entre 148 miembros, más del 80% respondió que reducirían los salarios como resultado tanto de la ley de horas extras como de la ley del salario mínimo de $15.

Además de la reducción de horas en los campos, los trabajadores agrícolas como Mendoza dijeron que la inflación se ha sumado a sus dificultades financieras, incluso cuando el salario mínimo aumentó a $15.50 en California en 2023.

Mendoza dijo que la inflación significa que los trabajadores agrícolas como él están “atrapados en el mismo lugar”.

“Solo trabajar 40 horas”, dijo, “no es suficiente”.

Irene de Barraicua, directora de operaciones de Líderes Campesinas, una organización sin fines de lucro que apoya a las trabajadoras agrícolas, dijo que los desafíos asociados con la implementación de la ley de pago de horas extras reflejan el “problema antiguo” de que muchos trabajadores agrícolas viven en la pobreza.

En lugar de trabajar horas extraordinarias “como la mayoría de nosotros haría por ese dinero extra para recreación”, dijo De Barraicua, los trabajadores agrícolas dependen de las horas extras para llevar comida a la mesa.

“No deberían tener que depender, ni siquiera, de las horas extras para sobrevivir”, dijo, “pero muchos de ellos obviamente lo hacen”.

Los empleadores de California que tengan preguntas sobre la ley y sus requisitos pueden ponerse en contacto con MakeItFair@dir.ca.gov.

Los trabajadores agrícolas que piensen que han sufrido un robo de salario, que incluye no cobrar las horas extraordinarias, pueden encontrar más información sobre recursos estatales y asistencia legal aquí.

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Melissa is a labor and economic inequality reporter with The Fresno Bee and Fresnoland.